Ahora, con más calor que ayer a la noche, sigo contando mi día de ayer, aunque mucho más no queda y si quedaba, se me fue la inspiración.
La tarde transcurrió tranquilamente, más allá de los gritos de la nieta y la abuela, que no paraban de comer cosas. Sin embargo, un grupo de tres o cuatro jóvenes decidió darle de comer a las gaviotas. Otra vez, chillidos espantosos y esta vez eran muchas más las aves que me sobrevolaban. Tremendos huevones, se daban cuenta de que estaban molestando a la gente, pero ellos querían lograr su objetivo: que las dos chicas que estaban haciendo topless al lado mío, y estaban boca abajo, se levantaran. Por suerte, no lo lograron y las chicas creo que también se habían dado cuenta de lo que estaban haciendo los muchachos.
A las seis de la tarde creí una hora conveniente para emprender el regreso, así que antes, pasé por el baño. Para mi desgracia, nieta y abuela gritonas estaban ahí también! Rápidamente me fui antes de que me ofrecieran algo más para comer.
NOTA: No hay fotos porque me olvidé la máquina.