domingo, junio 11, 2006

EL MUNDIAL LEJOS DE CASA


A mi blog también le llegó la hora de hablar de fútbol. Por primera vez me toca ver el mundial lejos de la Argentina y en un país que para nada es futbolero. Sin embargo, la ciudad en la que vivo es un lugar lleno de inmigrantes por lo que en deporte está presente casi en cada esquina. Por la calle se ven muchísimos autos con sus respectivas banderitas y algunos hasta con cuatro banderas (seguramente una familia multicultural, muy normal acá).
Podemos ver todos los partidos porque los transmiten, pero lo que no tuve el gusto de ver fue la ceremonia inaugural. Suficiente con que te pasan los partidos como para encima pasarte la fiestita. Mejor, al fin y al cabo, siempre me termino aburriendo.
El viernes después del partido de Polonia-Ecuador salí y me fui al Dufferin Mall (un chopin muy feo). En esa zona hay mucho latino y cuando llegué a la intersección de Bloor y Dufferin están todos los ecuatorianos tocando bocina y con sus banderas como si hubieran ganado. También algún argentino, por solidaridad continental, se sumó al grupo.
El día sábado, el Día D, hubo divisiones varias de dónde se veía el partido de Argentina. La mayoría de los hombres se reunieron a comer un asado en la casa Jorge. Allí el meeting era sion mujeres y todas se fueron a andar en bicicleta y no sé que otras cosas más. Yo, quería ver el partido, así que con Yani decidimos ir al Firkin (pub de la zona) y luego María se acopló a nuestra salida.
A las 2:50 pm llegamos al lugar, listas para agarrar nuestra mesa. Más tarde llegó Beto, quien fue invitado a acompañarnos ese mismo día. Para el segundo tiempo, el señor Fede, que estaba estudiando se acercó al pub para compartir la emoción del partido. Yo, para la segunda mitad, ya estaba en pedo, así que no sé muy bien lo que pasó. Bueno, sí, nos metieron un gol, pero ni idea de cómo transcurrió el partido.
Los goles se gritaron y se sintieron. En otra mesa había dos, creo, argentinos y al lado de ellos había un grupo de sajones (canadienses, americanos, quién sabde) que en un principio creíamos que estaban de nuestro lado, pero cuando Costa de Marfil metió el gol, también lo gritaron. Yani, sabiamente dijo "qué querés, si no entienden nada". También descubrimos a un inglés, que estaba bien calladito, pero se deschavó cuando nos metieron el gol, pero se fue bien rapidito cuando terminó el encuentro. En el piso de abajo había más argentinos, pero no los vi.
Acá tienen el resumen informativo de un sábado mundialista en Toronto.


ACÁ LO PUEDEN VER MÁS GRANDE