CRÓNICA DE UNA NOCHE BACANAL EN 1880

En vistas de mi próxima partida, ayer nos reunimos los del Estudio en Parque Lezama en un restaurante llamado 1880. He aquí una crónica minuto a minuto de lo allí acontecido:

21:45 Arribamos al lugar. Allí nos recibe Carolina y muy gentilmente nos indica el lugar de nuestra mesa.
21:46 – 21:50 Cuatro minutos es el tiempo que nos toma ubicarnos en los respectivos lugares ya que se desconocen las normas protocolares que señalan que en la mesa se deben sentar mujeres y hombres intercalados. Eugenia de Chikoff hubiera muerto de un infarto si hubiera visto cómo nos ubicamos en un primer momento.
21:51 No encontrándome satisfecha con la ubicación, decido robarle el lugar a la gurrumina de la oficina porque considero que yo soy el centro de la velada y debo estar en el medio de la mesa.
21:52 La primera botella de Merlot Rosé es descorchada.
22:00 La segunda botella de Merlot Rosé es descorchada; al mismo tiempo se decide sobre las entradas: que si el chorizo entero, que si medio…
22:05 Historias sobre bodegas mendocinas y fiestas de casamiento con finales lamentables predicen el curso que tomará la noche.
22:15 Las entradas llegan a la mesa y por supuesto, el chori también.
22:25 La tercera botella de Merlot Rosé es descorchada.
22:30 Vero empieza a indagar sobre la vida sentimental de los abogados e insta a la fidelidad. Insistentemente se pregunta si el jefe tiene sentimientos y si alguna vez sintió amor. Sigue instando a la fidelidad.
22:35 Vero cambia de tema: es el turno de saber si el jefe hace terapia (es el momento de dilucidar quién es J. Ferro, el de los miércoles a las 19:30).
22:40 El costillar llega en diferentes tandas, pero todos terminamos con nuestra porción en el plato.
22:45 No podían faltar los comentarios del jefe sobre los judíos. Yo no me quedo callada (la verborragía de Vero me da ánimos) y le digo al jefe que es compresible su desprecio hacia los judíos por ser un germanófilo empedernido.
22:50 La cuarta botella de Merlot Rosé es descorchada.
23:00 Llega el primer momento emotivo. Con lágrimas en los ojos, Vero da su primer discurso de despedida. Le anuncia al jefe que la que me reemplace la va a elegir ella.
23:05 Recordamos con cariño a la novia de Papolla y su famoso equívoco en la confección de una boleta de depósito por $ 20.000 de una cuenta inexistente.
23:10En un intento desesperado por quedar bien conmigo, el jefe trata de darme consejos sobre mi próximo viaje e insiste una y otra vez en que debo seguir mi derrotero, pero que si vuelvo a la Argentina, las puertas del estudio van a estar abiertas.
23:10:30 Brindo ante las palabras del jefe, y anuncio: “No sé si voy a volver, pero si regreso, seguro que a Piedras 83 no, gracias”.
23:20 La gurrumina no puede creer lo que está viviendo. Es su primera participación en una reunión de este tipo. Quiere que haya más. Empieza a organizar la fiesta de fin de año y la fiesta por su recibida (otra abogada más).
23:30 La primera botella de tinto es descorchada.
23:35 La primera botella de vino blanco es descorchada.
23:40 La hora de los postres. El jefe convida helado a la secretaria. La secretaria da instrucciones sobre cómo quiere que el dulce de leche acompañe al budín de pan y una crêpe flambea por ahí.
00:00 “Una botella de Chandon. Yo invito”. Dijo la secretaria.
00:05 La primera botella de Chandon es descorchada. La secretaria se va al baño y no sale más.
00:10 La gurrumina le grita a la secretaria “Rescatate, no podés salir así. Rescatate”.
00:20 La gurrumina y yo tuvimos que rescatar a la secretaria, porque ella sola consigo misma no pudo.
00:21 El jefe habla, habla y habla sobre las provincias y territorios de Canadá, el viaje al ártico que se perdió en la época menemista… y habla y habla.
00:30 SuperFede viene a rescatarnos a todas… y a partir de ahí, un manto de niebla cubre mis recuerdos.

¡Gracias! Nunca imaginé que iba a decir esto: "La comida del estudio estuvo bárbara". ¡Me divertí muchísimo! Hasta la próxima. ¡Ah!, pero antes, una foto histórica.

La foto ut supra no hace honor a la velada, pero diría mi primito: "Es lo que hay".